REGALAME: un corazón honesto plagado de franqueza:
De hecho el sexo y la interactuacion entre sabanas continua ocupando un sitial preponderante en la mayoría de las relaciones de pareja estables o clandestinas. Al punto que por más colmada que se encuentre la agenda de trabajo de los actores, siempre sabrán sacarle tiempo y espacio a la misma para provecho y usufructo de aquel.
Pero paralelamente a ello, igual es verdad que se advierte cierta tendencia en el hombre maduro (soltero, viudo, separado o divorciado mayor de 40 años) para complacerse con la búsqueda de su primera relacion estable o con darse una segunda oportunidad, con miras a paliar su ausencia de equilibrio emocional, su soledad relativa, o el tedio que soporta su apego a un particular estilo de vida "descomplicado" y desprendido de todo compromiso que pueda atarlo o encasillarlo camino a la conformación de una familia, en el propósito de deslindarse definitivamente, de aburridas aventuras andariegas sobre los predios placenteros de la carne y los frívolos entretenimientos mundanos.
Transicion de comportamiento subjetivo, que resulta consecuente con lo que justamente alguna vez le ocurrió a José Fernando:
Aquella tarde lluviosa de viernes citadino, acatando a cabalidad las intrucciones que la mañana anterior había recibido de su madre dándole patente de corso para atrapar a aquel hombre a como diera lugar, encontrandose ya despojada de su camisa blanca de algodón de mangas largas y amplias solapas, de su falda talego, entubada o de medio paso color gris naval, y de sus altos y sexis zapatos negros de grueso tacón, la bella socióloga de 29 años de edad Margarita Estefania de La Fuente decidio en ultimas echar mano de su mejor atributo, desnudando ante los ojos de su soñado marido, sus fabulosos senos talla 34 copa B justo tras haber ingerido el tercer sorbo de su segunda copa de coñac que compartía con su acompañante al interior de la confortable habitacion de un exclusivo motel.
Solo que antes de darle oportunidad a Jose Fernando Benavídez, el empresario y abogado de 43 años del que creía estar obsesivamente enamorada, a que se fijara detalladamente en sus encantos, Margarita Estefania opto intempestivamente por tirarse de bruces sobre el confortable colchon que le serviría de aposento, fingiendo una vergüenza arribista que muy lejos estaba de sentir, al tiempo que atinaba a ordenar con su mano derecha, su larga y sedosa caballera negra aún olorosa a fino rinse y exquisito champú.
Advirtiendo el jugado ejecutivo una relativa desnaturalizacion en el obrar y comportar de su acompañante, al punto le dijo:
- Margarita Estefa...
- ¡Dime cariño¡
-Tengo algo que pedirte...
- ¡Pideme lo que quieras mi rey¡
- Regalame un corazón honesto y sincero, plagado de franqueza...
Después, todo vendrá por añadidura al darse las cosas, y yo sabré responderte con creces.
Atónita y sin saber que decir, la sorprendida mujer atinó a decir:
-Te entiendo Josefer...comprendo tus prevenciones. Interpreto tu pasado y respeto tu falta de disposición.
Y mientras acudía al baño para arreglar con maquillaje su rostro visiblemente consternado después de vestirse, se dijo para sus adentros:
"Definitivamente hoy no es mi día. ¡Otra vez sera Margarita Estefania¡"

El Sandalo




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